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Origen y significado del apellido REY
Escriben los afamados genealogistas y heraldistas García Carraffa que desde tiempos antiguos radicaron familias de este apellido en Galicia, Montaña de Santander, Aragón y Navarra. Los encontramos en la villa de San Martín de Unx (Navarra). De esta casa procedió Francisco Pantaleón del Rey, que en 1716 fue reconocido en su Nobleza por la Real Audiencia de Pamplona.
En la Montaña de Santander hubo una casa de Rey en el lugar de Perrozo, del Ayuntamiento de Cabezón de Liébana y partido judicial de Potes.
Y en el lugar de Salceda, del Ayuntamiento de Valle de Poblaciones y partido judicial de Cabuérniga, probó su hidalguía Domingo Rey en 1828.
En tierras aragonesas y según se recoge en el "Diccionario de Heráldica Aragonesa", hubo una casa de este apellido sita en el lugar de Boltaña, documentándose miembros de este linaje en las poblaciones de Sabiñánigo, Larués, Centenero, El Poyo del Cid, Abiego y Sestrica.
Otros también en tierras de Aragón se apellidaron Rey de Artieda, originarios del lugar de Artieda. Según la obra anteriormente citada se documentan portadores de este apellido en varias poblaciones; en el lugar de Tauste se les registra desde mediados del siglo XVI, y en Zaragoza desde el siglo XVII.
En Galicia:
Juan Rey de la Reza (siglo XI), de la feligresía de San Salvador de Arnoya, jurisdicción de Melón, es considerado como hijo natural del rey Don García I, probándolo con un fuero que hizo el monasterio de Melón, del lugar y coto de Reza, que en aquellos tiempos llamaban Casar de los Reyes.
Juan Rey casó con Aldara Feixoo, quien procedía de Matamá, y tuvo, entre otros a
Juan Rey, que casó con María Fernández, que venía de la ciudad de Rivera, en la Limia, y tuvo a
Bartolomé Fernández Rey, que casó con Catalina Rodríguez de Rivera, y tuvo a
Gregorio Rey, que casó con María Rodríguez, y tuvo a
Gregorio Rey (segundo del nombre), que casó con María Fernández, vecina de Otero de Rial, jurisdicción de Arnoya, y tuvo a
Pedro Rey, que casó con Catalina González, del lugar del Rial, y tuvo a
1. Bartolomé Rey, que sigue la línea
2. Fray Juan Rey, predicador de la orden de San Francisco, en la provincia de Santiago.
3. El licenciado Pedro Rey, abad de San Benito de la Arnoya.
4. Gregorio Rey (tercero del nombre), padre de Pedro Rey, vecino de Varelo, familiar del Santo Oficio, alcalde mayor de Ribadavia, quien tuvo a
D. Benito de Temes Sotomayor, señor del Coto de Cartelos, en el obispado de Lugo.
5. Licenciado Francisco Rey, clérigo, vecino del lugar de Ouliveira, jurisdicción de Arnoya.
6. Fray Benito Rey, lector jubilado de la Orden de San Francisco en Santiago.
7. Lucía Rey, madre de D. Benito de Araujo, colegial de Fonseca con el n.º 348, que fue canónigo penitenciario de Tuy (cfr. Fraguas, obra citada, página 223). Dicho D. BARTOLOMÉ REY casó con María Rodríguez y Santa María (cuyos antepasados procedían de Villanueva de los Infantes, Burgos), tuvo a
  D. Pedro Rey Santa María, que sigue la línea
D.ª María Rey, madre del lic. D. Bartolomé Rodríguez, clérigo. Fray Juan Rey, maestro de novicios en los franciscanos de Hebrón. Fray Bartolomé Rey, franciscano. D.ª Benita Rey, monja en Redondela. D.ª Catalina Rey, que casó con D. Antonio de Noboa, de San Martín de Balongo, padres de
a. D.ª María de Noboa y Rey, que casó con D. Jacinto Feixoo, y tuvo a
Benito Feijoo y Noboa, que aparece con el n.º 434 entre los colegiales de Fonseca, y que fue asistente y justicia mayor de Santiago, falleció en 1753.
b. Fray Antonio Feijoo y Noboa, monje de San Benito, hijo de la casa de Corias, de su Orden.
Dicho D. PEDRO REY SANTA MARIA, bautizado el 12 de febrero de 1643, graduado por la Universidad de Salamanca, casó con D.ª Isabel Fernández de Lama, de la casa solar de Verea, y tuvo a
1. D. Bartolomé Rey y Santa María, que sigue la línea
2. Fray Manuel Rey, electo provincial de Santiago por la orden de San Francisco.
3. Fray Pedro Rey, franciscano.
4. D.ª Benita Antonia Rey, monja en Bayona.
5. D.ª Josefa Rey, censada como noble en el padrón de Arnoya de 1746, que casó con D. Benito Bernardo Novoa, vecino del 1. de Nugueirido, jurisdicción de Arnoya, y tuvo a
Isabel María de Novoa Rey y Santa María, que casó con D. Juan Araujo Mariño y Troncoso, regidor de la villa de Ribadavia, de donde eran vecinos.
Dicho mayorazgo D. BARTOLOMÉ REY Y SANTA MARIA, bautizado el 29 de enero de 1670, casó en 3 de septiembre de 1702 en Allariz con D.ª Francisca Rey Villamarín, de la ciudad de Eiroas, y tuvo a
   1. D. Cayetano Alonso Fernández Rey Villamarín y Santa María, que sigue la línea
2. D.ª Jacinta Rey Villamarín, que casó con D. Manuel Blanco y Rivera, hidalgo, vecino de Bande.
3. D.ª Manuela Rey Villamarín, monja en Allariz.
Dicho D. CAYETANO ALONSO FERNÁNDEZ REY VILLAMARÍN Y SANTA MARIA (bautizado en San Salvador de Arnoya, a 2 de marzo de 1711, vecino de Rivadavia al heredar vínculo y mayorazgo de su tío D. Diego Rey, regidor partido judicial de Orense, fue también caballero regidor partido judicial de la ciudad de Orense, y casó con D.ª Ángela Mosquera y Somoza, hija de los señores de la casa solar de Villariño. Ganó ejecutoria de hidalguía en 1743; que se halla en poder del general de Artillería D. Antonio Rey. Falleció en 1760, recibiendo sepultura en la iglesia conventual de Santo Domingo de Rivadavia; tuvo a
D. Gabriel Rey, que casó con D.ª Juana Quiroga, y tuvo a
D. José Rey, que casó con D.ª Josefa Belvís y Moure, y tuvo a
D. Antonio Rey y Sánchez, general de Artillería ya citado, que casó con D.ª Dolores Pardo.
En el catálogo del marqués de la Ensenada figura D. Leandro Rey, en 1753, como hidalgo residente en Santa María de Asados.

Armas. Descripción de los escudos, conforme a las leyes de la heráldica:
Los de Navarra traen: En color de gules una banda de oro; en lo alto una corona sobre un ramo de laurel, de oro ambos; abajo, una cruz también de oro.
La Nobleza Executoriada de Navarra las describe así: «Las armas son diez barras, que una es mayor; en medio, un león, un águila sobre una faja y dos lobos, uno sobre otro.»
En color de azur, una espada de plata con empuñadura de oro, con la punta hacia arriba en situación de banda. En los vacíos, cuatro medias lunas de plata, dos y dos, adiestradas en el superior, y cuatro flores de lis de oro, dos y dos, en el inferior.
Así, en dos piedras armeras que posee en Rivadavia el mencionado general D. Antonio Rey y Sánchez. En otra localidad, Reza, hay distinta piedra armera de este linaje. Los esmaltes figuran en escudos unidos a la ejecutoria, probablemente de una declaración de blasones desaparecida y coinciden sus figuras con las piedras armeras aludidas; uno, con las armas de Santa María Sotelo, Feijoo, Pardo, Parga, Araujo, etc.; otro, con las dichas y con las de Villamarín.

Simbología de las armas:
Teniendo en cuenta la indumentaria que en la Edad Media vestían los caballeros en la batalla (armadura, celada, etc.), y que los hacía irreconocibles, resultaba necesario buscar un método de identificación y distinción entre los contendientes, que fuera revelador, preciso y rápido a una cierta distancia. De ahí surge la fórmula de exhibir en sus escudos tinturas, emblemas, etc., que los diferenciase de forma inequívoca y singular en el campo de batalla. Por eso la simbología heráldica, en su origen, buscaba formas y colores que fuesen notorios y permitiesen distinguir a sus portadores de un golpe de vista. Tal vez es exagerada la tendencia de algunos autores de dar significado o contenido a todos los emblemas (piezas, muebles, etc.) y esmaltes heráldicos, aún así hay varios tratados que estudian la simbología de los blasones de forma muy exhaustiva, entre ellos: "Ciencia Heroyca", de Don José de Avilés. Año 1725; y "Adarga Catalana", de Don Francisco Xavier de Garma y Duràn. Año 1753
Por las Leyes de la Heráldica, cuantos lleven el oro en sus escudos están obligados a hacer el bien a los pobres y a defender a sus príncipes, péleando por ellos hasta su última gota de sangre. El oro simboliza el topacio. En las armerías de los reyes se le llama "sol", en las de los nobles con título de Duque, Marqués, Conde, etc, "topacio" y en el de la nobleza en general "oro". En su relación con los astros el oro es el Sol; de los doce signos del Zodiaco, Leo; de los elementos, el fuego; de los días de la semana, el domingo; de los meses del año, julio; de los árboles, el ciprés y de las flores, el girasol; de las aves, el gallo; de los cuadrúpedos, el león y de los peces, el delfín.
La plata en las armerías recibe el nombre de Luna, en lo que se refiere a las de los soberanos; en las de los títulos, perla, y en las de los restantes nobles, plata; significa blancura, pureza, y los que la llevan en sus armas están obligados a defender a las doncellas y amparar a los huérfanos. La plata significa en su correspondencia con las piedras preciosas la perla. De los astros, la Luna; de los signos del Zodiaco, Cáncer, y de los elementos, el agua; de los días de la semana, el lunes; de los meses del año, los de enero y febrero; de los árboles, la palmera; de las flores, la azucena; de las aves, la paloma; y de los animales, el armiño.
El color rojo, denominado en Heráldica, gules, simboliza el valor, la intrepidez y la valentía. Aquellos que llevan este color en sus blasones tienen la obligación de socorrer, amparar y defender, a los injustamente oprimidos. Representa al rubí, y en lo que se refiere a los signos del Zodiaco corresponde a Marte, Aries y Escorpio; como elemento, el fuego; el día, el martes y el mes, el de octubre; el metal, el cobre; árbol, el cedro y la flor, el clavel; de las aves, corresponde al pelícano. El gules en las armerías de los reyes y príncipes se llama Marte; en las de los títulos, rubí, y gules en la generalidad de la nobleza.
El esmalte azul (azur) simboliza la realeza, la serenidad y la hermosura. Los que los lleven en sus armas, están obligados a socorrer a los fieles servidores de sus príncipes que "se hallan sin remuneración por sus servicios". En las piedras preciosas representa al zafiro y en los signos del Zodiaco a que se encuentra sujeto son Tauro y Libra. Su elemento es el aire; su metal, el acero; el día de la semana, el viernes; los meses, abril y septiembre; su árbol, el álamo; la flor, la violeta; su animal, el camaleón y su ave, el pavo real. El azur se llama Júpiter en las armerías reales, zafiro en las de los títulos y azur en la nobleza.
El águila se concede en los blasones a los hombres que exceden en valor, generosidad y braveza a los demas hombres.
La banda significa el tahalí del caballero, y la banda que traían atravesada del hombro diestro al flanco siniestro, y por eso se expresa en esta situación en el escudo, habiéndola puesto por armas muchos de los que fueron a las cruzadas, según el color con que se distinguian las naciones.
La barra, al igual que la banda, simboliza el tahalí del caballero, habiéndola puesto por armas muchos de los que fueron a las cruzadas, según el color con que se distinguian las naciones.
La cruz es una pieza honorable, que representa la espada del caballero, dándose en Armería al combatiente que sacaba la espada teñida de sangre de sus enemigos. Del tiempo de las cruzadas quedaron algunas familias con la cruz por armas, para denotar que habían estado en ellas.