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Opinan algunos autores que las familias de este apellido extendidas por Guipúzcoa, proceden del linaje de Bedoya santanderino que radicó en el lugar de su nombre, (San Pedro de Bedoya), del Ayuntamiento de Cillorigo-Castro y partido judicial de Potes. En Potes, en la famosa torre medieval de "Orejones de la Lama" campea el escudo de los Bedoya acompañado por otro con las armas de los Celis. Es pues esta torre el solar auténtico de esta familia y sus escudos responden a los que se describen en un Memorial del siglo XVII, que dice: "Escudo con un castillo, y en lo alto de él un hombre tocando una bocina y al lado una caldera sobre llamas y sobre ella un pendón y debajo de ella cinco flores de lis en sotuer, y al otro lado otra caldera del mismo modo". Algún autor llega a afirmar que una rama pasó a Guipúzcoa y que se estableció en la villa de Salinas de Léniz, del partido judicial de Vergara. Sin embargo, es lo más probable que los Bedoyas guipuzcoanos nada tengan que ver con los Bedoyas santanderinos, sino que procedan de la anteiglesia de Bedoña, del Ayuntamiento de Arechavaleta, en el mismo partido judicial de Vergara, anteiglesia llamada también de Bedoya en documentos de los siglos XV y XVI. En apoyo de esto, añadiremos que muchos de sus individuos aparecen usando indistintamente los apellidos Bedoña y Bedoya. Juan de Bedoña y Juan Pascual de Bedoña, llamado el Mozo; Juan Ortiz de Bedona, platero; Mateo Ortiz de Bedoña y Sancho Sánchez de Bedoña, eran vecinos de Mondragón, en 1461. De la misma villa eran vecinos en 1446, Fortún y Marcos Ibáñez de Bedoya; Pedro de Bedoya, en 1530, y Domingo y Juan de Bedoya, hijos de Mateo Bedoya, en 1566. Del tronco principal se desgajaron ramas que fueron a establecerse en Burgos, Cuenca, Murcia, Andalucía, León. De las ramas que pasaron a Castilla, es muy destacada la que se asentó en Paredes de Nava, donde vinculó con otras casas solares de la zona, como los Jofre de Villegas, etc. Del continente americano, puede citarse a don Pedro de Bedoya Osorio, del Consejo de S.M. y Fiscal de la Real Audiencia de Méjico, y don Gaspar de Bedoya, Alcalde del Crimen de la Audiencia de Méjico. Para ingresar en las Ordenes Militares, con preferencia en las de Santiago, Calatrava, Carlos III, y en las Reales Compañías de Guardias Marinas, miembros de esta familia hicieron probanza de su nobleza.

Escudos de Armas del apellido:
Juan Carlos de Guerra recoge este escudo, que es el primitivo que usaron los Bedoya de Santander: Cuartelado: 1º y 4º, de azur, con un castillo de plata, y 2º y 3º, de oro, con una banda de gules engolada en cabezas de dragones de sinople. El mismo autor describe las armas de los Bedoya-Elejalde, de Salinas de Léniz, en esta forma: «Cortado en faja: en lo alto, tres fajas, y en lo bajo, dos bandas.» No indica los esmaltes. Barreda y Mena, da las siguientes: Escudo cuartelado: 1.º y 4.º, en campo de azur, un castillo donjonado y 2.º y 3.º, en campo de oro, una banda de gules con dragantes de sinople. Las mismas armas le dan otros heraldistas, pero sus casas lebaniegas usan otras como ya hemos visto. En la misma villa de Potes, hay otro escudo en piedra con el campo cuartelado: 1.º y 4.º, una caldera con un pendón sobre llamas; 2.º, un león rampante coronado, y 3.º, cinco lises en sotuer. Debajo una inscripción dice "Bedoya". También lleva sobre la tarjeta una figura y una dama asomada a la torre del homenaje. De nuevo vemos este escudo en el pueblo de Aliezo y Colio, éste último con variantes en Ojedo, y en el mismo San Pedro de Bedoya, encontramos otro escudo con la inscripción "Bedoya" y un único campo con dos calderas al pal y bordura cargada de ocho sotuers. Estas mismas armas se describen en el expediente del Caballero de Alcántara de Don Francisco Rubín de Celis, donde se dice que las armas de esta casa eran: 1.º y 4.º, en campo de .... caldera de plata con pendón de gules; 2.º, en campo de oro león de ..., lenguado de gules, y 3.º, en campo de azur cuatro lises de plata. Otra casa de Tanarrio lleva una torre sobre ondas de mar, acostada de dos calderas con pendones. En Dobres, una casa, presenta escudo con la inscripción "Armas de Bedoya", con dos calderas sobre llamas, cada una con dos pendones; en Bores, una curiosa piedra con dos calderas sobre llamas, cantonada de cuatro lises y la dama sobre el jefe, y por último en la iglesia de Ledantes un nuevo escudo muestra unidos los apellidos Álvarez y Bedoya, con ambos cuarteles. El escudo que usaron los Bedoyas de Palencia, lleva el campo partido: 1.º, en campo de plata, un árbol, y al pie, una paloma de su color, y 2.º, en campo de oro, tres panelas de gules mal ordenadas, (una y dos). Dice A. de Figueroa y Melgar que en Liébana "hay un lugar llamado Bedoya, inmediato a Potes, que fue el solar de esta estirpe", y que tuvieron casas en Puente Nansa, en Reinosa, (La Serna), Palentía, Burgos, Guipúzcoa, León, Guadalajara, Cuenca y Madrid. Don José Jacobo de Bedoya y Otero, nacido en 1706 en Colio, tomó el hábito de Santiago en 1752. Es imposible poder dar una somera idea de las personalidades que descendieron de este linaje, tanto caballeros como religiosos, militares, marinos, etc. 

Simbología de los escudos de Armas:
Teniendo en cuenta la indumentaria que en la Edad Media vestían los caballeros en la batalla (armadura, celada, etc.), y que los hacía irreconocibles, resultaba necesario buscar un método de identificación y distinción entre los contendientes, que fuera revelador, preciso y rápido a una cierta distancia. De ahí surge la fórmula de exhibir en sus escudos tinturas, emblemas, etc., que los diferenciase de forma inequívoca y singular en el campo de batalla. Por eso la simbología heráldica, en su origen, buscaba formas y colores que fuesen notorios y permitiesen distinguir a sus portadores de un golpe de vista. Tal vez es exagerada la tendencia de algunos autores de dar significado o contenido a todos los emblemas (piezas, muebles, etc.) y esmaltes heráldicos, aun así hay varios tratados que estudian la simbología de los blasones de forma muy exhaustiva, entre ellos: "Ciencia Heroyca", de Don José de Avilés. Año 1725; y "Adarga Catalana", de Don Francisco Xavier de Garma y Duràn. Año 1753 Por las Leyes de la Heráldica, cuantos lleven el oro en sus escudos están obligados a hacer el bien a los pobres y a defender a sus príncipes, peleando por ellos hasta su última gota de sangre. El oro simboliza el topacio. En las armerías de los reyes se le llama "sol", en las de los nobles con título de Duque, Marqués, Conde, etc, "topacio" y en el de la nobleza en general "oro". En su relación con los astros el oro es el Sol; de los doce signos del Zodiaco, Leo; de los elementos, el fuego; de los días de la semana, el domingo; de los meses del año, julio; de los árboles, el ciprés y de las flores, el girasol; de las aves, el gallo; de los cuadrúpedos, el león y de los peces, el delfín. La plata en las armerías recibe el nombre de Luna, en lo que se refiere a las de los soberanos; en las de los títulos, perla, y en las de los restantes nobles, plata; significa blancura, pureza, y los que la llevan en sus armas están obligados a defender a las doncellas y amparar a los huérfanos. La plata significa en su correspondencia con las piedras preciosas la perla. De los astros, la Luna; de los signos del Zodiaco, Cáncer, y de los elementos, el agua; de los días de la semana, el lunes; de los meses del año, los de enero y febrero; de los árboles, la palmera; de las flores, la azucena; de las aves, la paloma; y de los animales, el armiño. El color rojo, denominado en Heráldica, gules, simboliza el valor, la intrepidez y la valentía. Aquellos que llevan este color en sus blasones tienen la obligación de socorrer, amparar y defender, a los injustamente oprimidos. Representa al rubí, y en lo que se refiere a los signos del Zodiaco corresponde a Marte, Aries y Escorpio; como elemento, el fuego; el día, el martes y el mes, el de octubre; el metal, el cobre; árbol, el cedro y la flor, el clavel; de las aves, corresponde al pelícano. El gules en las armerías de los reyes y príncipes se llama Marte; en las de los títulos, rubí, y gules en la generalidad de la nobleza. El esmalte azul (azur) simboliza la realeza, la serenidad y la hermosura. Los que los lleven en sus armas, están obligados a socorrer a los fieles servidores de sus príncipes que "se hallan sin remuneración por sus servicios". En las piedras preciosas representa al zafiro y en los signos del Zodiaco a que se encuentra sujeto son Tauro y Libra. Su elemento es el aire; su metal, el acero; el día de la semana, el viernes; los meses, abril y septiembre; su árbol, el álamo; la flor, la violeta; su animal, el camaleón y su ave, el pavo real. El azur se llama Júpiter en las armerías reales, zafiro en las de los títulos y azur en la nobleza. El esmalte sinople es el verde. Su significado es la esperanza, la abundancia y la libertad; cuantos llevan este esmalte en su escudo quedan obligados a socorrer a los labradores en general y a los huerfanos y pobres que se encuentren oprimidos. Su signo zodiacal corresponde a Mercurio; su elemento es la tierra; el día de la semana, el miercoles; su mes, mayo; su metal, el azogue; como planta, el laurel; la flor, la siempreviva y como ave, el papagayo. En los blasones de los principes recibe el nombre de Venus; esmeralda, en el de los títulos y sinople en los de la nobleza en general. El sotuer o aspa se trae a las armerías españolas por la batalla de Baeza, ganada contra los moros el día de San Andrés del Año de 1227, que es la forma de la Cruz en que estuvo este Santo Apostol en su martirio. La banda significa el tahalí del caballero, y la banda que traían atravesada del hombro diestro al flanco siniestro, y por eso se expresa en esta situación en el escudo, habiéndola puesto por armas muchos de los que fueron a las cruzadas, según el color con que se distinguian las naciones. La bordura simboliza protección, favor y recompensa; así mismo la cota que vestían los caballeros para la guerra y que al salir de la pelea, ostentándola manchada de sangre enemiga, eran premiados con el añadido de la bordura de escudo, como insignia de valor. La bordura también se usa para combinar armerías, con la particularidad que las armas situadas en la bordura tienen siempre carácter secundario. El caballero simboliza la nobleza. En los comienzos de la Edad Moderna, era "soldado de caballería, que servia a su costa con armas y caballo". Desde el reinado de Felipe III, Caballero es el "Hidalgo de Nobleza reconocida". La cabeza significa trofeo, valor, superioridad y despojo sangriento. Las calderas, en armería, eran la señal de "Rico hombre" en España, simbolizando la abundancia. Los castillos son geroglífico de grandeza, y de elevación, porque ellos exceden en hermosura, en fortaleza, y en magnitud a todos los demas edificios: denota también el asilo, y la salvaguardia. La casa solariega, también llamada solar, casa fuerte, casa palacio, casa torre, casona, casal, etc., es el símbolo de las antiguas libertades de los nobles, caballeros e hidalgos, notoriedad y nobleza.